lunes, 26 de enero de 2009

Fangoso

Por EB

Estas fotos datan de enero 1989, en un campamento por San Pedro que hicimos los del grupo Jóvenes. Claro que sí, pasaron ya 20 años!!!

Antes de seguir, les aclaro a los de mi edad que éste no fue el famoso y recordado campamento de las pulgas, el calor y la falta de agua. Seguramente el profe Juan Carlos García nos va a deleitar en algún momento con su explicación paso a paso sobre como ideó y perpetró semejante actividad extrema, allá por enero del siguiente año (1990). Tengo todas estas fechas muy claras, ya que mientras muchos de ustedes se quejaban de esos detalles minúsculos para un campamento, yo era una pobre víctima de la colimba en la Fuerza Aérea; donde comparando un poco logré darme cuenta de que el profesor Alfredo Zabalet era en realidad mas bueno que Jacinta Pichimauida.


Pero volvamos a 1989 y pensemos: como podíamos divertirnos a la hora de meternos al río, donde no había demasiado para hacer, más que darse un chapuzón, nadar un par de metros con los ojos cerrados y salir a secarse? Por supuesto!... la solución estaba a nuestros pies… guerra de barro, con una buena untada sobre el cuerpo, dándole volumen a los bíceps y descargando luego todo el barro posible sobre la cabeza de nuestro amigo y líder, Gastón Brozicevich.

De izq a der: Hugo Busso, Diego Ibarra López, Gabriel Magini, Esteban Bernasconi, Gastón Brozicevich… y emergiendo mas a la derecha, Cristian Fester (también conocido como Kike Fisher).

Arriba: Gabriel M, Diego IL, Gastón B, Hugo B, Natalia Masmón. Abajo: Esteban B, Alexis Fusario, Gabriela Llano y Verónica Ciccola.


Fue un campamento inolvidable!!!

viernes, 16 de enero de 2009

"Vos seguí así, y no vas al club…"

Por Marcela Albanese

No se imaginan el peso que tenía esta frase (dicen por ahí que yo de chica era tremenda, ahora bien, viendo esta carita de angelito inocente, más los que me conocen, sabrán perfectamente la gran injusticia que se esconde detrás de semejante calumnia, no?).

Se conoce que yo actuaba con irreverente ignorancia ante advertencias maternas en situaciones como las siguientes (entre otras):

Mamá: Hacé caso, mirá que no vas al cumple de “fulanita”, eh?
Marce: Ay qué me importa, esa piba es re aburrida…

Mamá: contestá bien o no ves a Piluso en la tele.
Mi mente: Una sola tele, un solo ambiente, un solo hermano que SI veía a Piluso, imposible – siguiente amenaza, por favor!…

Mamá: Te estás portando muy mal, no vamos a ir a pasear.
Mi mente: Ja! no creo que mamá se clave acá adentro todo el día por mi culpa, jijiji.

En fin, pobre mamá se iba quedando sin recursos “educativos/correctivos”; sus amenazas y castigos ya no surtían efecto, y yo que me creía invencible.

Pero un día, mamá sacó su as de la manga y se lo jugó ahí nomás. Con el último aliento de resignación, pero con una seguridad y contundencia verdaderamente envidiables exclamó:

“Muy bien, vos seguí así y el sábado no vas al club” (Glup!). Me dejó sin palabras. Presa de una mezcla de pánico escalofriante cuando una seguidilla de imágenes se apoderó de mi mente, y me tildé imaginando mi vida infantil sin el club:

Sábado a la mañana:
- Merodear sin sentido por el pequeño depto que nos cobijaba a mamá, abuela, Ale y a mi, en vez de recorrer el club mientras esperaba que vinieran Nancy y Paola, disfrutando ese olorcito a pasto recién cortado, al paso del tractor manejado por (??) quien estiraba su brazo para saludarnos.

Sábado al mediodía:
- Comer con mamá y la abuela, y el consecuente diálogo: "Viste? tu hermano se portó bien y ahora está en el club", en vez de estar divirtiéndome con las papas que tenia Walter Casanova en su remera cuando levantaba el brazo para pedir silencio en el comedor.

Sábado a la siesta:
- Luchar con mi abuela para que duerma en vez de estar boyando con Nancy y Paola al fondo de las canchas de vóley o en Milberg, huyendo de Javier Laureiro o compartiendo boye con Freddy Tanús.

Sábado a la tarde:
- Salir al balcón de la Av Belgrano a mirar coches, en vez de estar en la
pileta protestando por la cantidad de largos que teníamos que hacer, y esperando super ansiosas la “pileta libre”, para hacer lo que mejor nos salía: molestar a las mosquitas veraniegas.
- O compartir con mi hermano cada mínimo progreso que lograba en la pileta, a pesar de los insistentes susurros descalificadores de Zavalét… (y si, no podia faltar, jaja).

Sábado a la noche:
- Cenar e irme a dormir en vez de cenar en el club y después participar de algún juego nocturno, bailongo, o simplemente volver a nuestra habitación donde montábamos nuestro propio entretenimiento.

En fin, las imágenes me seguían pasando como un Power Point interminable. Me destildé luego de lo que pareció una eternidad, esperando ver a mamá enfrente mío como para poder negociar semejante decisión. Pero algo me decía que no habría lugar para negociaciones, mamá ya se había vuelto al sofá a seguir leyendo y cuando aparezco, me mira por sobre los lentes y con gesto triunfante confirma: “Te quedó claro, no?”

Y si, me quedó muuuy claro. No voy a decir que fui una santita, pero tipo jueves, viernes empezaba a hacer "buena letra"… qué lo parió!

martes, 6 de enero de 2009

La llegada de los Reyes

Por Carlos Ciattino

Si mal no recuerdo, cuando éramos chicos y ni bien empezaba el año, esperábamos con ansias la llegada de los Reyes Magos!!! La noche anterior, la víspera, se preparaba todo. La palangana con agua para los camellos, el pasto recién cortado, los zapatos lustrados, etc.

Enero de 1974 – Los Reyes Magos llegan al Club y se dirigen a Rincón de Milberg

Desde ese entonces, recuerdo cuando en nuestro “glorioso club” venían con bolsas enormes y entregaban regalos a todos los chicos de todos los grupos. La entrega organizada se hacía en Rincón de Milberg al empezar el año en plena temporada, pero la caminata acompañando a los mismos hasta su llegada y recibimiento eran maravillosas!!! Luego quedábamos todo el día deslumbrados y encantados con los regalos recibidos.









A mi me tocó una guitarra, pero yo siempre quise un “Poliladron”, que venía en forma de tubo...

Buen 2009 para todos,

Ciatto

Nota: las fotos en B&N fueron amablemente enviadas por Silvia Pogliese.